Todo empezó en el caluroso verano mallorquín de 1978 cuando comenzó a agradarme la Astronomía, tenía por aquel entonces 10 años y comenzó el gusanillo que aún, afortunadamente, sigo teniendo. No recuerdo la fecha exacta, ya que soy muy de fechas, horas y minutos, pero sí recuerdo estar con mi madre en el balcón de la casa en Can Picafort (Mallorca) comentando cosas y enseñándome en una noche limpia de verano quizás la Osa Mayor o el carro.
Sentí las ganas de averiguar si eso era o no la constelación de la Osa Mayor y por aquella época, como todos sabéis, no había ni Internet, ni móviles inteligentes ni ipads, ni …; me fui a la enciclopedia que toda familia tenía en el comedor y empecé a buscar cosas y más información.
Supongo que esa noche dormí especialmente bien y me levanté con el gusanillo de saber y conocer más cosas.
El primer libro cayó en una entrañable librería en Inca, Mallorca ese mismo otoño mallorquín; desafortunadamente la librería ya no está pero sí recuerdo con cariño esas primeras lecturas de Astronomía y observación visual; el libro lo sigo teniendo en la librería con cariño.
Y así pasando los meses y años, sí que recuerdo que el primer planeta que localicé fue Venus en Abril de 1980 y a partir de esta fecha como podéis ver en el blog cayeron el resto de planetas y constelaciones.
La sorpresa por parte de mi madre fue el regalo navideño de 1981, no me lo esperaba pero me regaló o mejor dicho, los Reyes Magos me regalaron mi primer telescopio.
Fueron unas Navidades muy entrañables, se trataba de un anteojo tal como podéis ver con una posibilidad de aumentar hasta 40 aumentos y con trípode movible con las manos.
Me pasaba algunas noches invernales descubriendo los cráteres de la Luna, observando las fases de Venus y viendo como Júpiter le rondaban cuatro lunas; más o menos esas primeras impresiones que tuvo Galileo hace 400 años, pero eso sí, sin la sombra, afortunadamente de la Iglesia.
Empezaba a coleccionar más libros y poco a poco esa librería se fue incrementando, empecé a conocer gente en sociedades astronómicas y seguía teniendo ese gusanillo que me empezó a picar en una calurosa noche de verano mallorquín.
Y fueron otras Navidades, ya sin Reyes Magos, ya que uno se hace mayor, y en concreto, el 4 de enero de 1984 cuando también me sorprendieron con ya un auténtico telescopio refractor, de 1400mm. de distancia focal y 90mm. de diámetro montura ecuatorial y de la marca Vixen, recuerdo que ese mismo día fui con mi hermana al cine para ver ET, como podéis ver, casi todo está relacionado en esta vida, …
Evidentemente el de la foto soy yo, años más tarde. Cómo podéis ver se trata de ya un auténtico telescopio con montura ecuatorial, oculares y una buena distancia focal.
Empecé de esta forma a descubrir ya el cielo profundo y con un maravilloso libro de Astronomía «Guía del Firmamento» de José Luís Comellas, que me aconsejaron unos amigos de la agrupación astronómica empecé a localizar poniendo las coordenadas los maravillosos objetos celestes visibles desde la terraza de mi casa en Inca, Mallorca; empecé entre otras cosas tener mi propio Astronomy Day y así seguía, …
Al principio de cualquier observación tenía que orientar el telescopio y en concreto la montura con la estrella polar. Curiosamente desde dónde lo colocaba no era visible ya que me lo impedía el mismo edificio, así pues después de mover levemente el trípode y así poder alinearlo bien, para la localización de cualquier objeto celeste pinté, con el consejo de mi madre, en el suelo tres pequeñas marcas para futuras observaciones.
Era clave el tenerlo alineado ya que al ser la montura ecuatorial me permitía poder localizar cualquier objeto celeste poniendo las coordenadas.
Recuerdo esas noches descubriendo los cúmulos globulares de Hércules o las maravillosas galaxias visibles en la constelación de Virgo o deleitarme con la Nebulosa de Orión en las noches frías de invierno.
Todas estas observaciones las podéis ver en mi blog ordenadas por constelaciones y anotando tanto la hora y minuto de observación así como un pequeño dibujo de las misma explicando lo que veía y creía entender del cielo profundo.
Ya con este telescopio que aun lo sigo teniendo y que no se jubiló hasta hace poco, pude descubrir ya con las coordenadas los planetas Urano y Neptuno, los asteroides que podéis ver ne mi blog, así como cientos de estrellas dobles, cúmulos estelares, globulares y galaxias, en definitiva disfrutando de una afición que poco a poco se estaba asentando.
En verano, con el calor, me llevaba el telescopio a Can Picafort, Mallorca, para seguir observando ya que la contaminación lumínica era menor y los cielos estaban más despejados, recuerdo esas noches de primavera descubriendo galaxias en las constelaciones de Virgo y Leo o esas cálidas noches de verano viendo cúmulos estelares.
También empecé a dibujar los cambiantes cambios en la atmósfera de Marte durante esos periodos cortos de oposición, o las maravillosas lineas ecuatoriales de Júpiter con sus cuatro lunas danzando por sus alrededores; y como no, con un filtro especial, sí descubrí esas manchas solares que rotaban y siguen rotando alrededor del astro rey.
Pasaron los años, y con unos ciertos ahorros y ciertos cambios personales me decidí a dar el siguiente paso y comprar el siguiente telescopio de la marca Celestron que podéis observar abajo.
Lo adquirí el 12 de Diciembre de 2012, y ya le he bautizado con diferentes nombres desde Oph13 por ser la fecha en el calendario solar, o R2D2 y no R2P2 tal como me comentaron algunos amigos o últimamente como «Arturito«; y diréis de dónde ha salido este nombre, pues fue que Viçens me comentó que R2D2 en inglés o mejor dicho en esplanguis sería algo así como «ertuditu», …
Me decidí por este telescopio ya que desde 1986 estoy suscrito a la revista americana de astronomía, sky and telescope y con esta revista y en diferentes artículos solían poner muy bien la óptica de estos telescopios a la hora de observar, la decisión ya estaba tomada pero necesitaba un cierto tiempo en adquirirlo, como todas las cosas en esta vida.
Es una autentica maravilla, ya no necesito marcar en el suelo la orientación con la polar sino, que se conecta con tres satélites GPS para indicarme la posición más o menos exacta de dónde estoy, con las coordenadas, latitud y longitud, además de la hora, minuto y segundo. En definitiva, estamos totalmente localizados por «ellos» en cualquier hora. Y para posicionar el telescopio y orientar perfectamente es suficiente con tres estrellas brillantes, y él automáticamente lo orienta. No importa que le indiques qué estrellas son, pero sí que sean brillante y de una forma automática lo orienta con la polar.
Ya con este telescopio empezaré el capítulo de la astrofotografía gracias al grupo de @astromallorca que lo desconozco bastante y con dicho grupo nos vamos de excursión para observar desde los cielos nítidos de Mallorca las maravillas astronómicas que nos deparan.
Poco a poco, observaréis en mi blog los avatares de mi afición a la Astronomía que todo empezó en una cálida noche de verano en Can Picafort, Mallorca cuando mi madre me mostró que aquello posiblemente era el carro mayor, …
Gracias mamá!!! D.E.P.