Ayer las condiciones climatológicas eran buenas y aproveché para sacar mi Celestron para observar el cielo. Durante estos meses otoñales del 2013 podemos observar en el firmamento dos planetas que no son visibles a simple vista pero que merece la pena de vez en cuando observarlos y si es posible fotografiarlos.
Se trata de Urano y Neptuno, el séptimo y octavo y último planeta de nuestro Sistema Solar. Cuando los observamos estamos viendo el límite del sistema planetario actual conocido hasta la fecha.
El planeta Urano, cuya información más detallada tenéis en mi blog también posee anillos, evidentemente no tan espectaculares como los de Saturno visible con cualquier telescopio pero detectables cuando la sonda americana Voyager II pasó en 1986 cerca del planeta; esta sonda ha sido la única que hasta la fecha ha visitado el planeta.
La forma cómo se descubrieron los anillos fue por la ocultación de una estrella por el planeta Urano, se observó que la estrella se debilitó antes de la ocultación y a posteriori, dando por hecho que había un sistema de anillos débiles que rodeaban al planeta.
Ayer cuando observé Urano con Celestron, observé una pequeña bolita azul-verdosa en el campo estelar. Resulta muy gratificante el observarlo y contemplar ese mundo a nada menos que 19 UA (Unidades astronómicas) o una equivalencia a 2,5 horas luz de nuestro planeta. Cómo sabéis una UA es la distancia media Tierra-Sol o equivalente a 150 millones de Km o los 8 minutos-luz que tarda en llegarnos a nuestro planeta.
No se observan los anillos, pero tampoco nada espectacular en el globo planetario sino una uniformidad de color azul-verdoso producido por el metano en su atmósfera. Es la segunda temporada que observo el planeta con Celestron y me maravilla poder ver esa bolita pequeña en el cielo negro equivalente al planeta Urano. Con el iPhone he conseguido poder fotografiarlo, y los resultados los podéis ver en el blog.
Durante este año, 2013 Urano alcanzó su oposición el pasado 3 de Octubre. Se halla en la constelación de Piscis, cerca del ecuador celeste con una magnitud de 5,7 observable con prismáticos y a simple vista en zonas muy oscuras, aunque en el mes de Diciembre Urano entrará por unos días en la constelación de Cetus, simplemente por las fronteras entre las constelaciones que permiten de vez en cuando en constelaciones no zodiacales colarse algún planeta o asteroide.
Su movimiento es tan lento, ya que tarda 84 años en dar una vuelta alrededor del Sol que sus oposiciones anuales se desplazan 4 días por cada año terrestre pasado; es decir si este año 2013 la oposición fue el 3 de Octubre, el año que viene estará en oposición el 7 del mismo mes.
Para localizar ambos planetas podéis encontrar sus coordenadas en el fantástico blog de Astromallorca.
Fue realmente muy bonito contemplar con un buen ocular, el de 125x el planeta Urano con el telescopio Celestron. Al ser un planeta gaseoso presenta uniformidad en sus capas atmosféricas observando la misma tonalidad en el disco planetario, tal como se observaron en las imágenes del Voyager II en 1986. Tampoco pude observar ninguna de sus famosas 5 lunas más brillantes (Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón); hace falta telescopios más potentes para poder observar algunas de ellas
Luego, como Celestron está automatizado me fui como quien dice a observar el planeta Neptuno, el último del Sistema Solar ya en la frontera de nuestro sistema planetario. Éste se halla en la constelación de Aquarius y tarda nada menos que 164 años en dar una vuelta alrededor del Sol. Alcanzó su oposición el pasado 27 de Agosto con una magnitud de 8,7. Es tan lento su movimiento que las oposiciones anuales se desplazan dos días, es decir, Neptuno volverá a estar en oposición el 29 de Agosto del año 2014.
Se distingue con Celestron un pequeño disco o canica, bastante minúscula y de un cierto color blanco-azulado. Evidentemente, no es observable ni los anillos ni su luna más grande, Tritón cuyo diámetro es de 2700km, pero me resultó muy gratificante el poder observar el planeta Neptuno en una transparente noche otoñal.
Se desplaza muy lentamente en la bóveda celeste ya que como os he comentado su periodo orbital es de 164 años y lo podemos observar durante el otoño y principios del invierno durante este año.
Si tenéis alguna duda no dudéis en comentármelo y si estáis cerca de dónde vivo podemos realizar una observación conjunta para que podáis ver ambos planetas de nuestro Sistema Solar.